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Hace tan solo 100 años la tercera causa de mortalidad eran las infecciones dentales. Puede parecer sorprendente a día de hoy, pero es la realidad. El gran cambio vino de la mano de la introducción, en la década de los 30, de los antibióticos. Los antibióticos han salvado muchas vidas, y han evitado muchos problemas, y ello ha provocado por desgracia un sobreuso de los mismos.

Los microorganismos (bacterias) tienen la mala costumbre de irse adaptando a los antibióticos, y ello va provocando la aparición de cepas (“familias” de bacterias) resistentes a los mismos. Y esas bacterias no son de un único paciente, sino que van pasando de paciente en paciente, de modo que esas bacterias resistentes afectan a toda la población. El abuso de los antibióticos, y sobre todo, el mal uso, propicia la aparición de esas bacterias resistentes.

Cuando un paciente toma antibiótico en dosis inadecuadas (dosis más bajas de las requeridas, no respeta el tiempo entre las dosis o no completa los días de tratamiento prescritos) se incrementa el riesgo de generar resistencias bacterianas. Y esas bacterias resistente no serán un problema para ese paciente, sino para el resto de la población.

Para un paciente tipo,  hace 20 años, se daba 500 mgrs de amoxicilina cada 8 horas (1500 mgrs al día) y se curaba la infección de origen dental. Hoy la amoxicilina sola ya no es eficaz ni a dosis altas. Hay que darla a dosis muy altas (hasta 4000 mgrs al día) y combinada con ácido clavulánico, sola es ineficaz (para la mayoría de infecciones de origen dental). La eritromicina, muy común antes, tampoco es eficaz. Apenas podemos utilizar la combinación de amoxicilina y ácido clavulánico y en pacientes alérgicos a la amoxicilina la clindamicina. Y si el paciente es alérgico a la clindamicina, es un problemón. Y de continuar el mal uso/abuso de los antibióticos, el problema irá a más. Es posible que en unos años las infecciones dentales lleguen a ser un serio problema (y otras infecciones) si no se restringe y regula el uso de los antibióticos. De ahí la importancia de las nuevas regulaciones que exigen una receta médica para su despacho en las oficinas de farmacia. Puede ser molesto para el paciente pero realmente es importantísimo seguir una buena política antibiótica si queremos tener recursos para combatir las infecciones.

Pero el principal responsable del mal uso/abuso de los antibióticos somos los médicos y los dentistas. Muchas veces prescribimos antibióticos más por lo que pueda pensar el paciente o para evitar que el paciente se enfade si luego hay una infección, pese a que no hay nada que demuestre que la prescripción preventiva sirva en muchos casos (hay excepciones) más que para incrementar las resistencias bacterianas y generar más y más graves problemas a medio y largo plazo. Los médicos y dentista barcelona debemos aprender a ser más responsables y tratar de limitar el uso de estos maravillosos medicamentos para que nuestros hijos y nietos puedan seguir viviendo tranquilos.

06 Abr, 2018

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