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Hoy tu clínica dental Barcelona, te quiere contar los errores frecuentes que se cometen con los niños debido a falsas creencia sobre el ortodoncista.

Existe la creencia errónea de no llevar a los hijos al Ortodoncista hasta que no le han erupcionado todos los dientes permanentes, es decir, sobre los 12-13 años. Generalmente, lo que los padres desconocen es que, en muchas ocasiones, llegamos tarde para tratar problemas de crecimiento y sólo podemos corregir los problemas parcialmente sin poder dejar una oclusión, una estética e incluso una función perfectas.

En una maloclusión tratamos de diferenciar los problemas que son de origen dental de los que tienen un origen esquelético. Pongamos el caso de un niño que tenga los incisivos superiores muy protruidos (“salidos hacia delante de la boca”) con respecto a los incisivos inferiores y si lo miramos de perfil vemos que el mentón y el labio inferior están muy retruidos (“metido hacia atrás”). Si estudiamos bien el crecimiento y la posición de los dientes posiblemente veremos que el hueso de la mandíbula está más retruido de lo normal y que por este motivo los dientes no ocluyen bien. Además si la mandíbula está más retruida es muy probable que el maxilar superior también sea más estrecho de lo normal y todo ello además de afectar a la oclusión también afecte a la estética facial, a la estética de la sonrisa, a la función de los labios y la lengua durante la deglución y la masticación, etc.

A la hora de plantear una solución al problema, juega un papel muy importante la edad de crecimiento en la que acude el paciente a la consulta. Si el niño acude con 6 años el abanico de posibilidades de tratamiento es mucho mayor que si acude con 12 años. Un niño de corta edad todavía tiene un gran potencial de crecimiento por delante que, en la mayoría de los casos, podemos aprovechar a nuestro favor modificando el crecimiento de los huesos que nos interesen. A este tipo de tratamientos se les llama tratamientos ortopédicos y gracias a ellos podemos estimular el crecimiento de un hueso determinado y solventar el problema de forma estable.

Las ventajas de realizar un tratamiento ortopédico son:

  • Corrige la oclusión entre los dientes superiores e inferiores solucionando la causa del problema, es decir, si la causa de que el niño no encaje bien es de origen esquelético la solución al problema ideal sería un tratamiento combinado de ortopedia y ortodoncia.
  • Proporciona un perfil facial más armónico ya que se mejoran aquellos aspectos faciales que causan disarmonía.
  • Proporciona una sonrisa más ancha si el caso lo requiere.
  • Beneficia la respiración nasal del niño ya que se aumenta el paso de la vía aérea. En casos de niños roncadores y respiradores orales se pueden conseguir muy buenos resultados.
  • Da estabilidad al resultado final del tratamiento.

Por tanto, a la pregunta de “¿cuándo debo llevar a mi hijo al ortodoncista?”, la respuesta sería “es conveniente realizar una primera visita al ortodoncista cuando el niño tenga 6 años para hacer una valoración y un diagnóstico inicial y descartar tratamientos tempranos de ortopedia”.

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