En Roig Espona, tu clínica dental Barcelona, nos encontramos con una alta demanda de pacientes que quieren mejorar su estética dental para tener una sonrisa más bonita.
Conseguirla no es una tarea sencilla, y para lograrlo hay siempre diferentes caminos. En este post no vamos a entrar en detalle en como conseguirlo, pero sí hacer algunas reflexiones para aquellos que quieran ese cambio en su sonrisa.
El primer principio a considerar es diferenciar estética y cosmética. La estética busca emular la naturaleza, mientras la cosmética trata de camuflar la realidad. La cosmética puede en ocasiones permitir resultados más rápidos y aparentes. Pero como profesionales de la salud nosotros debemos siempre tratar de lograr belleza en un entorno de salud, utilizando en la medida de lo posible elementos que respeten la biología. De ese modo podremos dar tratamientos que armonicen mejor la sonrisa en el entorno, y evolucionen con la persona conforme esta vaya cambiando con los años. Y hacerlo también tomando en consideración su personalidad, sus hábitos y sus necesidades. Para lograrlo, el camino es muchas veces algo más complejo que lo que algunos de nuestros pacientes esperan, pero el resultado no solo es más armónico y natural, sino que es mucho mejor a medio y largo plazo. Y por ello, pese a que de entrada puede parecer más costoso, acaba siéndolo significativamente menos.
El segundo es que la sonrisa no es un único factor aislado, sino que es un conjunto de factores. Y son factores a veces estáticos y otras dinámicos. Recordemos que los movimientos de los dientes pivotan sobre la articulación témporo-mandibular, y que deben de hacerlo de determinada manera si no queremos tener problemas en los dientes ni en la musculatura cráneo-facial. Asimismo los labios no se mueven igual en todas las personas, ni tampoco en la misma persona a lo largo de los años. Todo ello debe analizarse bien antes de acometer un tratamiento de rehabilitación de la sonrisa.
El tercero (en importancia tal vez debiéramos ponerlo el primero) es que no hay belleza sin salud. Así, el buen profesional debe anteponer la salud a cualquier otra consideración. Ciertamente habrá situaciones donde se pueden hacer pequeñas excepciones (“me caso la semana que viene”), pero no puede ni debe tratarse en contra de salud. Eliminemos primero la enfermedad y pasemos luego, nunca antes, a buscar belleza. Ahora que están de moda los “diseños de sonrisa”, que planificamos con ordenadores, e incluso imprimimos modelos de prueba con impresoras 3D, es fácil caer en la tentación de conseguir soluciones “bonitas” de forma rápida, con un coste biológico muy alto, cuando el uso de esas herramientas no está reñido con el tratar de respetar los elementos naturales de los pacientes. Vemos como muchas veces las ganas de ir rápido hacen obviar la presencia de enfermedad de caries (que no es lo mismo que las lesiones de caries), la presencia de enfermedad periodontal (sangrado de las encías). Y el precio que el paciente paga por ese ir rápido es no sólo económico, sino que puede comprometer seriamente su aspecto y función oral en el medio plazo. En un entorno biológico los cambios deben tomar en consideración la enfermedad y riesgo de pérdida de salud asociados a nuestras acciones.
Un último factor a considerar es riesgo que suponen los avances tecnológicos y las modas. Los grandes cambios que se ven en todos los ámbitos de la vida no les son ajenos a la odontología restauradora. Los dentistas nos vemos bombardeados por nuevos materiales, nuevos instrumentos y nuevas técnicas. Y en esa ansia por la novedad hace que muchas veces tomemos decisiones guiados no por la ciencia, sino por opiniones poco contrastadas, usando materiales sin la suficiente validación científica. En Roig Espona, tu clínica dental Barcelona, no estamos contra la innovación, ¡todo lo contrario!. Lo que no queremos es tratar a los pacientes con técnicas o materiales que no estemos seguros que vayan a funcionar.
