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Los implantes dentales son un tratamiento de máxima fiabilidad, con un porcentaje de éxito por encima del 97%, lo cual en muchísimo en medicina. Pero no es un 100%, de modo que algunos implantes no se integran bien en el hueso. Pocos en porcentaje, pero supone un disgusto para el paciente y para el dentista cuando ello se produce.

La buena noticia es que en caso de fracaso de integración de un implante, la probabilidad de que unos nuevos implantes dentales funcionen colocados en el mismo sitio, de nuevo es de más de un 97%. Obviamente supone molestia adicional y mayor tiempo de espera pero al final el resultado será igualmente bueno.

Una vez los implantes dentales se integran, e inician su vida en la boca del paciente, quedan sometidos a las inclemencias de la biología. Puede producirse alguna infección en los tejidos de alrededor del implante, principalmente por acúmulo de placa bacteriana y sarro.

También puede experimentar problemas mecánicos como aflojamiento de tornillos, especialmente común en implantes dentales individuales, fractura de tornillos, fractura de la cerámica de las prótesis e incluso fractura del implante.

Las infecciones ocurren con relativa frecuencia, afectando hasta casi un 20% de los implantes a los 10 años, por lo que hay que ser extremadamente cuidadoso con la higienización de los implantes, dedicando tiempo a la higiene diaria de los implantes y acudiendo regularmente al dentista para proceder al control e higiene profesional.

Estas visitas de control y de higienización deberían realizarse por lo menos cada 6 meses, y en ocasiones, en pacientes con especial predisposición al acúmulo de placa y formación de sarro, incluso 4 meses.

Entendemos que se haga pesado, pero merece la pena prevenir los problemas. O por lo menos anticiparlos. El tomar medidas de prevención frente a las infecciones, que los dentistas denominamos periimplantitis, es esencial para la conservación de los implantes dentales, pues las infecciones que comentamos pueden en muy poco tiempo destruir el hueso alrededor del implante, conllevando con ello la pérdida de este.

Cuando se produce la infección alrededor del implante el manejo no es fácil y habitualmente requiere la limpieza estricta de la zona, en algunos casos con cirugía, que puede acompañarse de la necesidad de realizar injertos de encía y/o biomateriales para mejorar la calidad de los tejidos que rodean al implante.

Insistimos por ello en la importancia de hacer un buen mantenimiento de los implantes dentales, y de revisarlos periódicamente en el dentista para detectar los posibles problemas en fases tempranas y facilitar así la solución de los mismos.

Acude a tu Clínica Dental Dentes y pide información sobre implantes dentales.

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