Accidentes dentales en el deporte y cómo evitarlos
Teniendo en cuenta que los traumatismos dentales son frecuentes en la práctica de deportes, sobre todo los de riesgo, creemos que esta entrada del blog sobre los protectores bucales será interesante para todos.
Entre los distintos tipos de traumatismos encontramos las fracturas de corona y/o raíz, las luxaciones o avulsiones (desprendimiento total del diente), las lesiones del hueso de sostén y las lesiones en tejidos blandos. Estando en posición frontal y central, el diente más comúnmente lesionado es el incisivo central superior, que recibe el 80% del trauma dental.
Los protectores bucales se definen como un aparato o dispositivo colocado ya sea en el interior de la boca (intrabucal), como dentro y fuera de la boca (extra e intrabucal).
Su uso durante la práctica deportiva tiene como objetivo reducir o eliminar las lesiones bucales, especialmente de los dientes y estructuras que los rodean.
Otras funciones específicas de los protectores bucales son:
- Prevenir lesiones de partes blandas (labios, mucosa oral y lengua)
- Actuar como amortiguador de los golpes disipando las fuerzas
- Prevenir los traumatismos que afectan al interior de la articulación témporo-mandibular (ATM)
- Impedir la fractura dentaria
- Protección contra un golpe traumático dirigido hacia la cabeza
- Protección de la fractura del hueso mandibular
Los requisitos que debe reunir un protector son, entre otros:
- Protección para dientes, encías y labios.
- Buen ajuste.
- Comodidad.
- No interferir en el habla ni en la respiración.
- Resistencia al desgarramiento, a los choques y al desgaste.
Tipos de protectores bucales:
Actualmente encontramos 3 tipos de protectores bucales:
- Tipo I: fabricados comercialmente. El tamaño es estándar y se debe cerrar la boca con fuerza para que se mantengan en su sitio. Dificultan la respiración y el habla. No se recomiendan.
- Tipo II: se adaptan a la boca del paciente. El ajuste es relativamente bueno al inicio, pero con el uso se acaban desadaptando.
- Tipo III: hecho a medida. Requiere la supervisión de un profesional para su confección. Son construidos individualmente sobre los modelos de yeso obtenidos de las medidas de la boca del paciente. Entre sus ventajas encontramos que el diseño individualizado crea una adaptación y una retención óptimas. Son más cómodos ya que no interfieren en el habla y la respiración. Los protectores tipo III han demostrado ser los que brindan mayores ventajas para el deportista.
Es importante pensar en los beneficios de la prevención de los traumatismos que nos ofrecen estos dispositivos, ya que el hecho de tener que restaurar un diente fracturado o avulsionado generalmente requiere de tratamientos complejos que suelen incluir endodoncia y/o reemplazos protésicos o implantes dentales. Por poner un ejemplo, el coste total de un diente avulsionado es 20 veces superior al coste de un protector bucal de calidad profesional.
Si le queda algún tipo de duda póngase en contacto con nuestra clínica dental Roig Espona y estaremos encantados de ayudarles.