Cuando alguien acude a nuestra clínica odontológica Barcelona (o a cualquier otro profesional de la salud), suele ir a tratar de resolver un problema. Y en nuestro tiempo se tiende tanto a la simplificación, que el paciente demanda ir directamente a la solución, sin pasar por el análisis de ese problema. Cree el paciente (y por desgracia también muchos profesionales) que lo importante es la técnica con que el dentista ejecute el tratamiento. Y por desgracia esa parte, la ejecución del tratamiento, no es ni la más importante ni la más difícil. Hacer un buen diagnóstico es lo que realmente hace bueno a un profesional. Y es que para hacer un buen diagnóstico es necesaria una formación exhaustiva y continuamente actualizada (por desgracia, la formación continuada de los profesionales de la salud no es obligatoria en nuestro país). Hace falta además saber escuchar al paciente, conocer sus problemas, sus anhelos y su historia. Y hace falta experiencia, vivencias profesionales. Con todo ello podremos llegar a comprender por qué el paciente está en la situación que se encuentra, y así luchar contra la causa de los problemas (para evitar que se reproduzcan), e intentar revertir los daños que dicha causa haya provocado. Podremos por tanto seleccionar las diferentes opciones de tratamiento para ese paciente, para elegir de entre ellas la que más se adecue a las condiciones del paciente. Condiciones que vendrán determinadas por su nivel socioeconómico, edad, salud general, prioridades estéticas o profesión. Hay que tratar de saber exponer al paciente esas opciones, con sus ventajas e inconvenientes, para que el al final pueda elegir con libertad. Y es importante, para que esa elección sea verdaderamente libre, que la decisión no esté guiada por el dentista, sino por las verdaderas necesidades del paciente.
Los dentistas somos personas, y como todos tenemos nuestros defectos. A la hora de aconsejar, nos cuesta dejar al 100% de lado nuestros intereses, no sólo en términos económicos, sino en términos más globales. Así, si uno hace bien la cirugía, hace más cirugía, y convence más a los pacientes para que se hagan más cirugía. Y si hace muy buena operatoria (“empastes”, composites estéticos, ….), pues convence más a los pacientes para tratamientos más conservadores. Si maneja más los implantes, pues tiende a sacar más dientes, porque confía más en ello. Por ello, es recomendable que en los diagnósticos y planificaciones de tratamiento, especialmente los casos más complejos, no participe un único profesional, sino que el la toma de decisiones haya en la medida de lo posible una cierta interdisciplinaridad, es decir, que participen profesionales con perfiles distintos y complementarios. De ese modo se puede conseguir una decisión más equilibrada, menos subjetiva, y en definitiva mejor para el paciente.
En Dentes, tu clínica odontológica Barcelona, estamos orgullosos de nuestro equipo interdisciplinar, porque creemos que nos permite mejorar la atención a nuestros pacientes, y es lo que realmente nos hace mejores. Y esa interdisciplinaridad no es exclusivamente a nivel interno, sino que se extiende a dentistas de otros centros, que nos refieren casos para la discusión diagnóstica en aras de un mejor tratamiento a sus pacientes. Nos duele a veces la falta de reconocimiento hacia esa faceta de las ciencias de la salud, el realizar un buen diagnóstico y plan de tratamiento, de la que en gran medida son responsables los propios profesionales (algunos incluso dejan que sean comerciales los que hagan las propuestas de tratamiento). Pero estamos convencidos de que es la forma correcta de actuar, y que hay que dedicar tiempo y medios a hacer buenos diagnósticos y planes de tratamiento, requiriendo a veces (muchas veces) discusión con otros compañeros. Y como es como nos gustaría que nos tratasen, o como nos gustaría que tratasen a nuestros hijos, es como creemos que tenemos que tratar a nuestros pacientes.
Confía en los expertos de nuestra clínica dental Barcelona Dentes y no dudes en preguntarles cualquier consulta que te surja.
